martes, 7 de septiembre de 2010

La instalación de placas solares ha aumentado en los últimos años. Los avances tecnológicos y la reducción de costes hacen de esta energía ecológica una opción cada vez más interesante para los consumidores. España es el tercer mercado mundial de la fotovoltaica, aunque en 2009 su enorme crecimiento se ha frenado en virtud de una nueva normativa. En cualquier caso, según sus defensores, la solar fotovoltaica será una de las energías claves en el siglo XXI. Nabuo Tanaka, director de la Agencia Mundial de la Energía, asegura que entre el 20% y el 25% de la electricidad mundial podría tener origen solar en 2050.

Ventajas e inconvenientes de la fotovoltaica

Las ventajas de la energía solar fotovoltaica son numerosas. En primer lugar, son sistemas silenciosos, limpios y respetuosos con el medio ambiente, en el caso de los sistemas domésticos, suponen un gran ahorro en el traslado de energía, puesto que se encuentran en el punto de consumo. Su mantenimiento es mínimo y tienen un gran periodo de vida útil, de manera que la inversión inicial se amortiza en pocos años. Su uso implica un suministro de energía continuo y fiable sin depender de las fuentes de energía convencional, basadas en los contaminantes combustibles fósiles. En el caso de las centrales fotovoltaicas, se requiere poco tiempo para su construcción.

Según Lucía Dólera, de la Asociación de la Industria Fotovoltaica (ASIF), los paneles solares son muy versátiles, muy sencillos de operar, rápidos de instalar, se obtiene electricidad en cualquier parte del mundo, no necesitan infraestructuras y no se mueven ni cambian en ningún aspecto visible.

En cuanto a los inconvenientes, las instalaciones fotovoltaicas tienen unas limitaciones que deben llevar a sus usuarios a la moderación en el consumo y al empleo de aparatos con elevados rendimientos. La aplicación de este tipo de energía solar en viviendas aisladas de la red requiere, además de paneles, un sistema de acumulación, ya que el consumo no siempre coincide con los momentos de luz o se da cuando las condiciones atmosféricas son desfavorables. Dólera recuerda además su impacto visual y, por ello, recomienda que la obra se integre al máximo posible en el medio que le rodea.

El precio de las instalaciones fotovoltaicas es cada vez menos un inconveniente. Tomás Díaz, responsable de comunicación de ASIF, sostiene que aunque el panel supone un desembolso económico fuerte de entrada, "el consumidor lo amortiza en diez años y estará en su tejado de 25 a 40 años". Además, la tendencia del mercado marca precios cada vez más bajos. Juan Laso, presidente de la Asociación Empresarial Fotovoltaica (AEF), recuerda que los paneles se han abaratado más de un 40% en los últimos dos años.

Cómo montar un sistema fotovoltaico en casa


En caso de querer instalar un sistema fotovoltaico, es preferible contactar con un instalador autorizado y especialista en energía solar cercano. Para ello, conviene asesorarse, no sólo para localizar a un buen instalador, sino también para confirmar si es posible lograr ayudas.Los consumidores interesados pueden preguntar en instituciones públicas responsables del tema energético, ya sea en ayuntamientos, diputaciones o gobiernos autonómicos, en asociaciones como el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) y sus homólogos autonómicos, o en las distintas asociaciones del sector, como las citadas ASIF, que cuenta con un listado de instaladores, y AEF, o la Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA). A estos expertos se les puede preguntar por el sistema solar más adecuado para la vivienda o las nuevas posibilidades, como las tejas solares, similares a las convencionales en cuanto a forma o color, pero que además generan electricidad o calor.

Freno a la fotovoltaica en España

España es el tercer mercado fotovoltaico mundial, con más de tres gigavatios (GW) de potencia instalada que representan el 15,5% del mercado mundial, según la Asociación Europea de la Industria Fotovoltaica (EPIA). Sin embargo, en 2009 el sector sufrió un parón considerable.

En 2008 se pusieron en marcha nuevos proyectos por una potencia total de 2.511 megavatios (MW), el 45,2% de los 5.559 MW instalados en todo el mundo ese año. En cambio, en 2009 sólo se pusieron en marcha 69 MW de potencia nueva, apenas un 0,9% de los 7.216 MW instalados en todo el mundo, según un estudio de la EPIA.

Heikki Mesa, experto en energía y cambio climático, afirma que la fotovoltaica se había convertido en una "burbuja especuladora": "Los promotores instalaban parques fotovoltaicos de grandes dimensiones, mucho más baratos que la instalación de paneles en casas particulares, a sabiendas de que iban a cobrar primas durante 25 años, sólo que en vez de pagarlo el Estado, lo hacíamos los consumidores en nuestra tarifa eléctrica y financiábamos además los retornos a los bancos y los fondos de inversiones, incluso, extranjeros".

Juan Laso explica que el crecimiento tan intenso durante 2008 provocó un cambio de normativa, el Real Decreto 1.578/2008, que ha marcado unas nuevas reglas de juego, decididas de común acuerdo entre el Ministerio de Industria y el propio sector. Implicaba cierta paralización del sector ese año y los dos siguientes, con un límite de 500 MW de potencia fotovoltaica nueva cada uno de esos años y un sistema de intensa reducción de las tarifas.

No obstante, Mesa considera que, aunque necesaria, la nueva norma ha llegado demasiado tarde y supondrá un frenazo demasiado brusco que se traducirá en pérdidas de empleos. Lo adecuado, en su opinión, habría sido seguir el modelo alemán, en el que los consumidores protagonizan las ayudas. También se deberían facilitar los trámites burocráticos para la instalación de renovables en los hogares, ya que en la actualidad son "un calvario".En cualquier caso, los planes de promoción de las energías renovables, tanto europeos como españoles, apuestan por aumentar el uso de la fotovoltaica para los próximos años.

Evolución de las placas solaresLas placas solares pueden ser fijas, muy típicas en los tejados, o dinámicas, gracias a los seguidores solares.

Estos dispositivos mejoran el rendimiento de los paneles, ya que siguen al Sol desde su salida hasta la puesta, de manera que pueden llegar a eficiencias de hasta el 33%.No obstante, los actuales paneles solares fotovoltaicos podrían morir de éxito. Dos principales razones explican esta aparente contradicción: por un lado, la cada vez mayor demanda de este sistema encarece su material base, el silicio. A pesar de ser el segundo elemento más abundante del planeta, los fabricantes tienen una alta dependencia: en España, uno de los principales países productores de paneles del mundo, el silicio cristalino es la única materia prima utilizada, según la ASIF.Por otro lado, sus costes energéticos también son importantes: se calcula que una de estas placas solares necesita unos dos años para devolver al medio ambiente la energía que precisó en su fabricación.

El silicio requiere un tratamiento a altas temperaturas para su purificación, con el consecuente consumo energético.Por ello, las actuales células, basadas en silicio, podrían sustituirse en unos años por otros materiales y tecnologías muy diversas. Se habla de hasta cuatro generaciones para referirse a la evolución de las células solares fotovoltaicas y de los paneles de bajo coste, que emplean materiales distintos al silicio para abaratar su precio final. Otros investigadores han creado tecnologías como las células orgánicas fotovoltaicas (OPV), unos polímeros (plásticos) orgánicos capaces de reaccionar a la luz solar.

En teoría, se podrían colocar en cualquier superficie. Utilizados de forma líquida, estos materiales plásticos podrían convertirse en una pintura que generaría energía solar para un edificio, o paneles ultradelgados para todo tipo de dispositivos electrónicos o para la ropa.La tercera generación, todavía en fase de experimentación, persigue mejorar aún más los paneles de láminas delgadas.

Diversos investigadores y empresas de todo el mundo trabajan en varias tecnologías, como las denominadas de huecos cuánticos, nanotubos de carbono o nanoestructuras de óxido de titanio con colorante (DSSC). Una cuarta generación de paneles solares uniría nanopartículas con polímeros para lograr células más eficientes y baratas. El panel se basaría en varias capas que no sólo aprovecharían los diferentes tipos de luz, sino también el espectro infrarrojo. La NASA ha utilizado esta tecnología multi-unión en sus misiones a Marte.Otros expertos no hablan de generaciones, sino de avances en la relación coste de fabricación/eficiencia de la conversión energética. En teoría, los paneles solares podrían lograr una conversión de la luz solar en electricidad de un 93%. El coste tendría que bajar también más para competir con los combustibles fósiles y la energía nuclear.

Combinación de diferentes sistemas

Otra posibilidad para extraer un mayor rendimiento a las placas solares fotovoltaicas es mediante su fusión con otros sistemas renovables, como un sistema mixto eólico-solar o solar fotovoltaico-térmico. Por su parte, diversos proyectos proponen ubicar sistemas térmicos y fotovoltaicos en el agua y en el aire para aprovechar aún más la energía solar.

También se apuesta por la denominada energía solar fotovoltaica de concentración, que aprovecha la radiación solar con una eficiencia de un 40%, el doble que las convencionales, aunque sus impulsores reconocen que hoy por hoy aún está en un estado precomercial.

sábado, 10 de julio de 2010

Carne de caza y los efectos de la contaminación por plomo

El plomo de los perdigones que se utilizan para cazar pueden dejar un rastro en la carne de los animales capturados

El plomo es un metal pesado que, aunque parezca mentira, puede hallarse en determinados alimentos. Las vías por las que llega a ellos son dos: a través del medio ambiente o de ciertas actividades protagonizadas por ser humano. A pesar de que su uso se ha sustituido poco a poco por otros materiales en el campo de la construcción, en la elaboración de pinturas o en la fabricación de tuberías, la exposición de las personas a través de la alimentación continúa vigente. Además de los cereales, las verduras y el agua, otra de las principales fuentes de exposición es la carne de caza. Este riesgo, conocido desde hace ya varios años, cuenta ahora con una nueva investigación que revela que los fragmentos de perdigones que permanecen en la carne pueden dejar pequeñas partículas de plomo que se distribuyen a través de los tejidos del animal, con independencia del modo de cocción que se aplique.


El plomo es un metal muy tóxico para los animales. Algunas de las vías a través de las que este metal llega a la carne son los perdigones o cartuchos, que dejan un rastro de unos miligramos en la herida de especies como la perdiz, el ánade o el faisán, así como las balas que permanecen en el suelo durante años y que ingieren los animales. Otro de los riesgos está relacionado con el tratamiento culinario al que se someten estas carnes, algunos de los cuales puede favorecer su difusión. Los síntomas más característicos tras un exceso de este metal en los alimentos son daños renales, anemia e hipertensión. Para reducir estos riesgos ya se buscan desde hace tiempo alternativas al plomo. De ahí que las balas elaboradas con este metal se hayan empezado a sustituir por otros materiales como el cobre, no tan tóxico, el acero para caza menor y el bismuto para especies como conejos y liebres.

Rastro de plomo

Si bien hace unos años se creía que el riesgo de contaminación de la carne abatida con perdigones de plomo era pequeño porque éste se eliminaba de la res muerta o se quitaba durante la preparación de la carne, los estudios radiográficos recientes demuestran que la carne de caza de ciervo y otras especies contienen fragmentos de bala, en la mayoría de los casos muy pequeños, que se dispersan por la herida y se alojan en distintas zonas de los tejidos. Una investigación realizada por expertos de la Fundación para las Aves Acuáticas y los Humedales (WWT, en sus siglas inglesas), en colaboración con investigadores británicos y del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC), realizada sobre seis especies de caza del Reino Unido, da cuenta de que el riesgo a la exposición de plomo es mayor del que se podría esperar, sobre todo en grupos de población más vulnerables, como niños y personas con un alto consumo de esta carne.

La elaboración de carne de caza con vinagre favorece que los posibles restos de metal se distribuyan por el tejido animal

Para el estudio, todas las reses muertas se han cocinado al horno (excepto las plumas, vísceras y cabezas). Los resultados de la investigación demuestran que entre el 20% y el 87,5% de las muestras superan el nivel máximo de plomo que establece la Organización Mundial de la Salud (OMS) como seguros (1,75 mg en la ingesta semanal en una persona de 70 kilos). La Unión Europea establece como nivel máximo de plomo en carne de aves de corral (cuyo consumo es más alto que el de la carne de caza) en 0,1 microgramos de plomo por gramo de tejido.

Durante la investigación, los expertos han cocinado las piezas de carne y después han retirado los perdigones. La visualización a través de una radiografía ha mostrado que aunque se retire el perdigón, se mantienen las concentraciones del metal, sobre todo si se ha aplicado una cocción ácida, es decir, la que utiliza un ingrediente ácido como el vinagre y en la que se reduce de forma significativa el pH (en un medio con un pH bajo, como el escabeche, es más fácil la disolución del plomo). .

Pautas para conseguir la mayor seguridad posible

La carne de caza silvestre requiere de normas específicas de higiene para cuestiones tan importantes como la formación de los cazados sobre sanidad e higiene, sacrificio, eviscerado y transporte, y para los establecimientos donde manipulan la caza, según la legislación europea. Además, y en función de que la mayor parte de esta carne se destina al consumo particular, es decir, a los mismos cazadores y grupos de amigos o familiares, es preciso no menospreciar el posible riesgo sanitario de estas carnes. Sin que lo exija la normativa, es necesario que se apliquen exámenes veterinarios después del sacrificio para descartar, sobre todo, la triquinosis en carne de jabalí, una enfermedad provocada por las larvas del gusano "Trichinella spiralis" que afecta a animales domésticos como perros, gatos y animales salvajes como el jabalí y el zorro. El cazador puede tomar las muestras de diferentes partes de los animales capturados.

Algunas pautas de manipulación son:

  • Usar guantes de látex o nitrilo para tratar la pieza.
  • Realizar un examen riguroso del aspecto externo para valorar el estado general.
  • Pesar y eviscerar al animal lo antes posible.
  • Transportar en condiciones de higiene y conservarlo en el frigorífico.
  • Consumir la carne muy cocida o asada.
  • No proporcionar a los perros las vísceras de los animales cazados.

FORMACIÓN DEL CAZADOR

Las personas que se dedican a la caza de animales silvestres cuya carne se destina al consumo humano deben tener conocimiento de las enfermedades animales y de cómo manipular esta carne para garantizar un consumo seguro. Algunas de las materias que deberían asumirse son:

  • Anatomía, fisiología y comportamiento de los animales de caza silvestre.
  • Comportamientos anómalos y alteraciones patológicas provocadas por enfermedades, contaminación medioambiental u otros factores que puedan afectar a la salud humana tras su consumo.
  • Las normas de higiene y técnicas adecuadas para manipular la carne.
  • La legislación y disposiciones administrativas sobre el animal y la salud pública.

miércoles, 31 de marzo de 2010

Para qué sirve reciclar acero y cómo hacerlo

Los consumidores son esenciales para reducir el impacto ecológico cuando no se aprovechan los residuos de este metal

Latas de conserva, aerosoles, lavadoras, coches... Todos estos envases y productos, de uso frecuente entre los consumidores, tienen algo en común: están fabricados en acero. Su correcto reciclaje reduce el uso de energía y materias primas y la emisión de los gases implicados en el cambio climático. Además del ahorro económico, el medio ambiente también lo agradece. Cada vez se aprovechan más este tipo de residuos, pero todavía se pueden alcanzar mayores tasas de reciclaje. Los consumidores son esenciales para lograrlo.



El correcto reciclaje del acero tiene una enorme importancia ecológica y económica. No en vano es el metal más utilizado en el mundo en sectores tan diversos como la construcción, los electrodomésticos o la automoción. Por su parte, la hojalata es una lámina de acero que se recubre de una capa muy fina de algún metal con propiedades anticorrosivas. El estaño se emplea a menudo en los envases alimentarios, mientras que el zinc se reserva para automóviles o electrodomésticos y el aluminio, para piscinas o depósitos catalíticos.

Por cada envase de acero reciclado se ahorra una vez y media su peso en CO2

El empleo de acero reciclado en su proceso de fabricación disminuye el consumo de energía en un 70% y evita la extracción y transporte de nuevas materias primas (hierro y carbón). Por cada tonelada de acero usado que se recicla, se ahorra una tonelada y media de mineral de hierro y unos 500 kilogramos del carbón que se emplea para hacer el coke siderúrgico, el combustible utilizado en la fabricación de este metal. El uso del agua, otro bien natural cada vez más escaso, se reduce en un 40%.

Las emisiones de dióxido de carbono (CO2), el gas de efecto invernadero involucrado en el cambio climático, disminuyen también si se aprovecha este metal usado: por cada envase de acero reciclado se ahorra una vez y media su peso en CO2.


Por ello, la práctica del reciclaje de acero ha aumentado en los últimos años. En el caso de los envases elaborados con este material, en Europa se reciclaron en 2008 una media del 70%. Según datos de APEAL (Asociación de Productores Europeos de Acero para Envases), se superó la tasa de otros materiales para envases como plástico, cartón o vidrio. Se reciclaron más de 2,5 millones de toneladas de latas y otros envases de acero para alimentos y bebidas, una cantidad que evitó las emisiones de CO2 equivalentes a 3,9 millones de toneladas.

Por países, Bélgica y Alemania, con una tasa del 93% y del 89%, respectivamente, son las regiones que más reciclaron en Europa en 2008. En el otro extremo se situaron Polonia y Eslovenia, con el 21%. España se halla entre los países que más acero para envases recicla, por encima de la media, con el 77%.

Las plantas siderúrgicas son cada vez más conscientes de esta situación. No podrían continuar su ritmo de producción si no contaran con la posibilidad de aprovechar la chatarra férrica. Sus responsables disponen en sus propias instalaciones de sistemas de reciclaje para transformar estos desechos. La industria invierte en investigación y desarrollo (I+D) para mejorar el sistema de producción y las prestaciones de sus productos, así como para reducir su impacto ambiental. Desde 1982, el espesor mínimo de la pared del envase de acero ha disminuido en un 1% cada año, según la Asociación Ecológica para el Reciclado de la Hojalata (Ecoacero).

Cómo reciclar el acero

El contenedor amarillo es el indicado para los envases metálicos, plásticos o compuestos. Por lo tanto, a él debe ir a parar cualquier envase de acero doméstico, lo más limpio posible, para su correcto reciclaje.

España es uno de los países que más acero para envases recicla, con el 77%

Para evitar posibles dudas que lleven a equivocarse de contenedor o a no separarlo del resto de residuos, conviene saber qué envases están fabricados con este material. La lista es muy diversa: las latas de bebidas, conservas, aceite, galletas, chocolates o productos exclusivos y de alta calidad, como cafés, licores, tabacos, perfumes; los aerosoles (insecticidas, ambientadores, productos de limpieza); los tapones corona de las botellas; la tapa de los tarros de cristal con vegetales o mermeladas; y los botes de pintura.

Otros productos con componentes de acero utilizados en los hogares, por su volumen o por contener materiales nocivos, no se pueden depositar en los contenedores amarillos una vez que se han convertido en residuo. El lugar indicado para los electrodomésticos como neveras, combis, hornos, lavadoras o lavavajillas es un punto limpio. Algunos ayuntamientos habilitan un servicio de recogida. Al comprar un electrodoméstico nuevo, el vendedor tiene que hacerse responsable de su recogida y correcto traslado a una instalación de reciclaje. Respecto a los automóviles fuera de uso, son muy valiosos y, además, no se pueden dejar abandonados. Su destino final debe ser un Centro Autorizado de Tratamiento (CAT).

Los consumidores deben recordar que el reciclaje es la última de las tres famosas erres de la ecología. Es prioritario usar sólo los productos que sean necesarios, sin derrochar (reducir), y reutilizarlos el máximo posible para alargar su vida. Antes de adquirir un nuevo automóvil o un electrodoméstico, conviene probar si se pueden reformar para aprovecharlos durante más tiempo. Otros objetos se reutilizan de diferentes maneras: las latas se convierten en un recipiente para bolígrafos u otros elementos y los tapones corona, en las clásicas chapas para jugar. También es posible una reutilización solidaria. Algunos productos todavía en funcionamiento, pero que se han cambiado por un modelo nuevo, pueden dar servicio a personas más necesitadas.

El acero, un material idóneo para reciclar

Las cualidades del acero le convierten en un material muy útil para multitud de productos y envases, además de ser idóneo para la práctica del reciclaje. Es un metal inalterable, que no pierde sus cualidades, como la resistencia, la dureza o la maleabilidad, y se recicla tantas veces como se desee. Sus propiedades magnéticas facilitan el proceso de recuperación, ya que se pueden utilizar electroimanes para separarlo de otros desechos y reciclarlo de forma adecuada.

Incluso si un residuo de acero llega a una incineradora, se recupera para su reciclado. Algunas de estas instalaciones cuentan con sistemas de separación magnética antes de que los residuos pasen por el horno. Así se conserva una parte muy importante de los envases de acero. No obstante, después de la incineración, también es posible aprovechar el acero, ya que el horno no alcanza la temperatura de fusión de este material. Las instalaciones de compostaje para el tratamiento de residuos sólidos urbanos también cuentan, en su mayoría, con electroimanes para separarlos del resto de la basura. En cualquier caso, siempre es más directo y tiene menos impacto ambiental separar de forma correcta los residuos en el contenedor amarillo.

Contaminación de los hogares por formaldehído

Este componente que se halla en numerosos artículos de uso cotidiano puede causar efectos nocivos en la salud

Gracias a sus propiedades aislantes y a su resistencia, el uso industrial del formaldehído, un componente que puede resultar tóxico, se ha generalizado en productos tan diversos como materiales de construcción, pinturas, prendas textiles, madera conglomerada o servilletas de celulosa. En general, el interior de las viviendas no concentra niveles preocupantes de este compuesto. Ahora bien, dada la sensibilidad que pueden tener algunas personas y los efectos que puede causar durante un tiempo de exposición prolongado, es recomendable reducir al máximo su presencia en los hogares. Como consejos generales, se recomienda el uso de materiales naturales y ecológicos, ventilar el interior de las viviendas y evitar la humedad.



El formaldehído forma parte de la colección de compuestos orgánicos volátiles (COV) que se utilizan en buena parte de productos de uso cotidiano. Descubierto en 1867 por el químico alemán August Wilhelm von Hofmann, el formaldehído o metanal es un compuesto que a temperatura ambiente se comporta como un gas incoloro de olor penetrante.

La exposición al formaldehído puede provocar diversas consecuencias negativas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los niveles de concentración no sean mayores de 0,05 ppm (partes por millón). En función de la concentración, el tiempo de exposición y el grado de sensibilidad que se tenga hacia el mismo, los efectos son muy variados.

Algunas personas pueden tener una alta sensibilidad a este compuesto y experimentar diversas reacciones

En dosis superiores a 30 ppm puede ser mortal. Los trabajadores que manejan este producto tienen que utilizar los sistemas de prevención necesarios que marca la legislación para evitar posibles intoxicaciones. En concentraciones a partir de 0,1 ppm, se pueden desarrollar varios tipos de irritaciones, como ojos llorosos o con sensación de quemazón, así como en la nariz y garganta, náuseas, tos, jadeos, opresión en el pecho, sarpullidos, dolor de cabeza, dificultad para conciliar el sueño, fatiga, bronquitis, etc.

Cómo evitar la contaminación por formaldehído

El uso de materiales aislantes en los edificios es una buena idea para reducir el consumo energético, pero pueden contener formaldehído. Así lo ha señalado la Agencia de Protección Medioambiental de Estados Unidos (EPA), que ha recordado que, al construir o reformar un edificio, se pueden buscar alternativas que no lleven formaldehído. En los años setenta se generalizó el uso en el sector de la construcción de la urea-formaldehído (UFFI), una variedad de este compuesto. En 1984, la normativa limitó su uso a partes muy concretas del edificio y para que en ningún caso tuviera contacto con la zona interior de la vivienda. No obstante, conviene tener cuidado con las reformas en casas construidas en esas fechas. Las pinturas, pigmentos y barnices sintéticos son otros elementos que pueden contener este compuesto. Sus sustitutos serían las pinturas y los tratamientos ecológicos.

Las mayores emisiones se originan cuando los materiales que contienen este compuesto son nuevos

Los muebles de conglomerado o contrachapado utilizan formaldehído, en general, como adhesivo. Por ello, si es posible, tras su compra conviene dejar que se aireen en espacios sin habitar. La madera maciza o las fibras naturales no contienen este compuesto, por lo que son una alternativa para el mobiliario de casa. Una solución intermedia la constituyen los productos de madera conglomerada con bajo nivel de formaldehído, que se comercializan en Alemania con la ecoetiqueta del ángel azul.

Los materiales vinílicos para revestimientos y las moquetas y alfombras sintéticas pueden contener formaldehído para hacerlos más resistentes a las manchas. Las fibras vegetales o la lana no emiten este compuesto, así que para evitarlo conviene adquirir alfombras y moquetas con estos materiales naturales.


La industria textil también se vale de este compuesto como conservante y para evitar arrugas o manchas. Se puede encontrar en diversa ropa del hogar, como colchones, toallas o tapicerías. En este caso, el contacto puede ser tanto directo con la piel como por inhalación. Como alternativa, se pueden buscar las prendas con fibras ecológicas y naturales y evitar la ropa con propiedades anti-manchas y anti-arrugas, que utilizan a menudo formaldehído. Si a pesar de todo se adquiere una de estas prendas, siempre se puede lavar y aclarar antes de usarla. Los sistemas de limpieza en seco también suelen utilizar este compuesto como disolvente en las prendas. Por ello, es recomendable colgar la ropa en un lugar ventilado y aislado durante unos días después de haberla traído de la tintorería.

Los productos de limpieza, cosméticos y de higiene personal también se valen del formaldehído para combatir las manchas o la humedad. Los pañuelos, servilletas y papel de celulosa, los desodorantes, lacas, champús, jabones, detergentes, desinfectantes, ambientadores, etc. pueden contener este compuesto. El uso de estos productos se puede reducir, ya que en ocasiones se abusa de ellos. Los productos de limpieza ecológicos serían un sustituto.

Por último, la combustión de calderas de leña y gas, así como el tabaco, emite formaldehído. En el primer caso, es imprescindible contar con un buen sistema de ventilación. En el segundo caso, se debe evitar fumar en lugares cerrados y no hay que permanecer en habitaciones donde se sepa que hay fumadores habituales.

Algunas personas pueden tener una alta sensibilidad a este compuesto y experimentar este tipo de reacciones a niveles inferiores a 0,1 ppm. Su detección no es sencilla, ya que sus síntomas se pueden confundir con los del resfriado, la gripe o las alergias. La exposición a bajas concentraciones de formaldehído durante un amplio espacio de tiempo puede aumentar la sensibilidad tanto a este producto como a otros que provocan alergias. La contaminación por formaldehído puede ser silenciosa en el interior de las casas durante años. Las mayores emisiones se originan cuando los materiales que contienen este compuesto son nuevos. Poco a poco disminuyen, pero pueden durar en dosis bajas durante cinco o más años.


El formaldehído también puede acentuar las reacciones de personas ya de por sí sensibles o con problemas de asma o rinitis. En experimentos con animales de laboratorio ha demostrado tener un efecto cancerígeno, y podría tenerlo también en los seres humanos. Algunos estudios han vinculado al formaldehído con la esclerosis lateral amiotrópica.